Ayer, miércoles volvía a mi casa a la 1, 1 y media, más o menos. Me bajo del colectivo en Libertador y cruzo. El que respondía a todos los nombres estaba ahí. Muerto, pero no pisado. Sus patas eran gruesas y seguía peludo.
Si era otro gato y él sigue vivo, juro que lo adopto.
N-/11:03 p.m./
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